Unas grandes interrogantes que tienen los padres en estos días radica en la preocupación sobre el tema de regreso a clases COVID 19, preguntándose qué tan seguro resulta que los niños puedan volver a clases mientras esté presente la pandemia, así como las medidas en dicho tema que sirvan para garantizar la salud de los más pequeños y del personal educativo.
Regreso a clases COVID 19
Si está leyendo esto es porque usted como padre ha sentido la inquietud y preocupación sobre la seguridad que puede garantizarle a su pequeño durante un posible regreso a clases en medio de COVID 19, es por eso que en Educhikos reseñamos las opiniones de los expertos, sus impresiones y cuáles son los posibles escenarios que se deben considerar para tomar una decisión acertada y confiable.
Si bien, como padres, ustedes ejercen un papel fundamental en la salud, desarrollo y protección de los niños, dada la dificultad de la situación y la variación de la afectación de la pandemia en los diferentes países, las etapas con respecto a cómo y cuándo se planea reabrir las escuelas depende de las decisiones gubernamentales y estatales, luego de discusiones con varios sectores públicos de la sociedad.
Algo si tenemos claro como padres y es que se deberán considerar los temas de salud pública, los beneficios y/o riesgos que existan, utilizando la mejor evidencia disponible y determinando cómo se variarán las medidas de una escuela a otra.
Opinión sobre el regreso a clases durante COVID19
En un artículo publicado en Harvard Gazette de la universidad de Harvard, se mencionó que aún existe algún riesgo de tomar la decisión de enviar los niños a la escuela durante la pandemia.
Sin embargo, Joseph Allen, profesor de la Escuela Chan de Salud Pública asegura que el riesgo existe pero puede mantenerse relativamente bajo siempre y cuando las escuelas fomenten una cultura saludable entre los estudiantes, empleando una serie de estrategias diseñadas para mantener seguros a los estudiantes, maestros y personal, aislando los brotes cuando ocurran.
Allen aseguró que ciertamente no existe el riesgo cero en todo lo que hacemos, y mucho menos durante una pandemia, pero en el caso de Estados Unidos, aún no se han logrado establecer los sistemas necesarios para mantener bajos los recuentos de casos, y por ende, el posible escenario de una reapertura escolar y de negocios no se presenta en el mejor caso (donde existe un control evidenciado del virus) sino ante una realidad fuerte.
En el caso de Latinoamérica y España, el tema podría ser incluso más complicado, ya que a diferencia Norteamérica, muchos países no cuentan con la preparación ni con los métodos claros de cómo pueden enfrentar un regreso a clases COVID 19, en especial porque aún es incierto muchos focos de contagio, así como también, la variabilidad por países determinan medidas diferentes que no pueden establecerse de manera genérica.
Opciones propuestas para el regreso a clases
La reapertura de las escuelas para este otoño 2020 es una prioridad nacional urgente para muchos países, no solo por el tema escolar sino como parte también de una reactivación social de actividades que puedan garantizar el flujo continuo de la economía y orden de una nación.
En un artículo científico de la revista Jama Network, los investigadores Joshua M. Sharfstein y Dr. Christopher C. Morphew, reseñaron algunas referencias de índole investigativa para señalar que de optar por el regreso a clases COVID 19, se deberían contar con las formas más seguras posibles, buscando reducir las posibilidades de que las escuelas tengan que volver a cerrar y la educación deba detenerse nuevamente, entre las medidas, realzaron la importancia de 6 componentes que no pueden ni deben dejarse por fuera de este escenario:
- Se deben crear condiciones para una reapertura exitosa, esto incluye la actuación de las comunidades en el papel de la reducción de la propagación de COVID-19 durante el verano, al tiempo que los gobiernos desarrollan una fuerte respuesta de salud pública para el otoño; es decir, cada comunidad debe implementar un programa riguroso de pruebas, rastreo de contactos, aislamiento y cuarentena para que al momento de reabrir las escuelas, exista desde un control del virus hasta una política de cuidado comunal ante el mismo.
- Establecer distanciamiento en cada escuela con protocolos que van desde la creación de más espacio para los niños en el aula, con distancias de 2 metros entre cada uno, grupos de niños juntos durante todo el día para limitar la interacción con otros grupos en escaleras, entradas y áreas comunes, opciones de transporte que permitan el distanciamiento y la cancelación de actividades extracurriculares que requieren un contacto cercano, entre otras.
- Dar prioridad a los niños con mayor riesgo por faltar a la escuela, de forma que se pueda reestructurar el horario escolar con estrategias inteligentes tales como horarios alternos de la mañana, la tarde, diarios o semanales para permitir el distanciamiento. Estos horarios deberían ofrecer más tiempo en la escuela a los niños con mayor riesgo, al tiempo que proporcionan acceso a la tecnología educativa adecuada para todos.
- Preparar una fuerte respuesta de salud pública y medio ambiente que incluya la inserción de profesionales de la salud dentro del sistema educativo, tales como auxiliares de enfermería y otro personal capacitado que pueda evaluar a los niños rápidamente al llegar, reforzar la educación sobre el lavado de manos, así como contar con suministros fácilmente disponibles, y adoptar horarios para limpiar áreas de alto contacto, mientras se desinfectan las aulas con el equipo de protección adecuado para el personal de mantenimiento.
- Respetar las preocupaciones válidas de familias individuales y maestros, en este caso, tomar en cuenta el personal que se encuentra en alto riesgo e incluso, si el niño está siendo cuidado por una persona mayor. Se debería usar el verano para identificar y capacitar a los maestros de alto riesgo para que sirvan como expertos en aprendizaje remoto, con el potencial de flexibilizar e incorporar a otros estudiantes y maestros durante los períodos de cuarentena o cierre de la escuela.
- Incorporar un plan de estudios de enlace que permita que los niños puedan recapitular los conocimientos, estrategias de enseñanza y tecnologías de aprendizaje remoto que puedan servir de apoyo en el caso que se consideren clases remotas junto a las presenciales, así como también, consejeros, trabajadores sociales y enfermeras que puedan ayudar tanto a los niños que han experimentado estrés relacionado con la pandemia, así como a sus familias.
En sí, la evidencia disponible sugiere que los riesgos de que los niños que regresen a la escuela son pequeños y que el potencial de transmisión del coronavirus dentro de las escuelas puede reducirse mediante medidas adecuadas de control de infecciones, como las mencionadas en el artículo de Sharfstein y Morphew, sigue siendo un tema personal como padres llevar a cabo tal decisión.
Ya que no solo implica tomar en cuenta la opinión de los expertos sino también evaluar en qué medida se están aplicando protocolos de prevención y de salud pública para la reapertura exitosa del sector educativo, así, el tema del regreso a clases COVID 19 dependerá del buen juicio que usted como padre tenga ante el escenario local y regional de la escuela de sus niños.